viernes, 4 de febrero de 2011

Ho Chi Minh City (Vietnam) - Take me down to The capitalist City

Arribé a esta ciudad a las 6 de la mañana tras un drástico viaje en bus de unas 10 horas desde Nha Trang. Drástico porque el conductor parecía creer que en lugar de un bus era un samba. El tipo iba "hachando putas" en una ruta con mas agujeros que la economía mundial. Para sumar, el bus estaba lleno de cucarachas y el baño era algo que mi mente decidió eliminar. Entiendo que haya cucarachas en las casas ya que continuamente hay comida, tienen lugares para esconderse, y, además, se reproducen como conejos, pero en un bus...
Por suerte viajé con 3 simpatiquísimos cordobeses: mi tocaya Gabi, Jose su hermana y su amigo Marian. Con el estomago revuelto por los saltos de la noche en el bus llegamos a la ex capital de Vietnam del sur. En Ho Chi Minh conviven 9 millones de personas de las cuales 5 millones tienen moto. Las muertes por accidentes de tránsito ascienden a 10 mil por año.
Al llegar a esta enorme ciudad de Vietnam pude comprobar, como me habían anticipado, algunas diferencias y similitudes entre Hanoi y ésta. Con cierto esfuerzo, podría observarse una diferencia, tampoco drástica, entre la "comunista" ciudad de Hanoi y la "capitalista" ciudad de Ho Chi Minh: supermercados en lugar de pequeños almacenes, carteles con las grandes marcas mundiales en tecnología, una mayor cantidad de bancos, altos edificios y algunos rascacielos dan la nota. El trafico, igualmente alocado.
El día que llegué me dediqué a la tarea de llegar a cada nuevo lugar: buscar un hotel. Uniendome a un alemán, pagamos una habitación por 5 dólares cada uno.

Ese día fuimos al museo de guerra que me dejo en un estado mental alarmante. Al día siguiente tomamos un tour a los túneles de guerra de Cu Chi.

Mis noches en Ho Chi Minh City
La primera noche salí junto a los cordobeses que son precisamente de Córdoba capital, la ciudad de las mujeres mas lindas, del fernet, de la birra, madrugadas sin par. Ante la falta de fernet, nos conformamos con unas cervezas bien frías. Luego de profundas charlas sobre lo que vimos y sentimos en el museo de guerra nos fuimos a dormir. Pero como picaba el bagre salimos a comer algo antes. Ante la falta de insectos fritos, deliciosa sangre de serpiente o una exquisita rana compré Caracol. Lo digo sin pelos en la lengua, es lo peor que haya probado en mi vida, el sabor se asemejaba a un pescado podrido y comerlo me generó mas nauseas que la inequidad social. Al menos tengo una cosa mas para tachar en la lista de comidas exóticas. Todos concordamos que aunque pasara algo malo en el dia que restaba en Vietnam, en este pais recibimos el mejor trato hasta entonces. Divertida aseveracion que sufrio un intento de derroque ya que el siguiente dia yo recibiria un trato grosero de mas de una persona. Si bien Ho Chi Minh fue el lugar donde recibi peores tratos, nada podra eliminar mi fascinacion por su gente

A la siguiente noche estaba preparado para irme a Phnom penh, Camboya. Mi bus salía a las 12 de la noche (preferí ese horario así ahorraba una noche de hotel). El pasaje me costó 10 dólares. A las 5 de la tarde de aquel día, luego de haber vuelto del tour a los oscuros y dramaticos túneles de guerra, el alemán con el cual compartí habitación me ofreció de ir a tomar una cerveza. Accedí con gusto ya que el cálido clima de Saigon invitaba a tomar la cerveza del mismo nombre. En el bar donde fuimos nos pusimos a charlar con dos australianos. Luego de unas cervezas, las cuales fueron invitadas gentilmente por ellos, nos fuimos los 4 a un bar mas barato donde la cerveza estaba 0,60 dólares. Esa tarde-noche tomamos entre los 4 no menos de 20 cervezas, jugando al juego llamado King; el King es un juego para tomar: cada carta significa algo, cada uno saca una carta y de acuerdo a lo que saca hace lo que la carta simboliza. Por ej, el 9 significa hacer una rima, 7 significa quedarse quieto y el ultimo que se queda quieto toma, 5 hace una regla (como ser, antes de tomar tenes que decir algo y si tomas sin decirlo, tomas doble). Esa es la idea. Debo decir que era difícil seguirle el ritmo a los australianos, toman como si fuese si ultimo día en la tierra. Estos tipos decididamente se han comportado conmigo! Esa noche ellos se hicieron cargo de todas las cuentas. Cada vez que intentaba aportar me callaban y no me dejaban pagar nada. Al rato de estar jugando al King llegaron dos
amigos de ellos así que formamos un grupo de 6 personas jugando como si nos conociésemos desde toda la vida. Al cabo de un rato, mas de una veintena de botellitas de cervezas y luego de una hermosa camaderia me dijeron que no debía irme ese día sino que debía quedarme al menos por esa noche. Pero no podía, ya había comprado el pasaje a Pnom penh. Poco les interesó a ellos. Me pagaron el cambio de pasaje, pagaron al recepcionista de su hotel para que me pudiera quedarme con ellos en su habitación y dormí en la cama mientras que uno de ellos durmió en el piso... Y para continuar siguieron pagandome tragos... o sea no podía creer como en tan pocas horas tuvieron tanta amistad conmigo. No entienda, asimismo, el motivo de tanto afecto aunque igual lo recibía sintiendome lo que soy: un afortunado. Estos australianos son geniales, espero poder "pagarles" cuando vengan a Argentina. Sin duda, estoy en deuda con esos que esa noche me trataron como a un rey.

En este post habras notado que no platiqué sobre el museo de guerra y los túneles de guerra. No te aflijas, esa experiencia merece ser tratada en profundidad. Solo puedo decir que tengo mucha tinta para gastar en esas dos inolvidables experiencias.

2 comentarios:

  1. Me quedan dos dudas:
    1) y la foto con las cordobesas? mucha ensalada de salchicha y huevo veo, jaja
    2) tuviste que "entregar" ?

    beso gabooo

    ResponderEliminar
  2. Bajado que paco mi idea era subir una foto con los cordobeses pero me colgué!! Y no, al día siguiente estaba sano como una cucaracha que aun no fue pisada... Gracias por la preoupacion

    ResponderEliminar